Pensaba que estábamos juntos
Pensaba que estábamos juntos… que íbamos a la par.
Por algún motivo, me distancio, me aíslo, me encierro.
Es precisamente ahora cuando pienso en todo; en nada.
Me dejo llevar con la esperanza de que el día termine aportándome alguna conclusión.
El bienestar que me proporcionan las drogas me hace sentir especial. El tiempo avanza, pero creo que tengo la autoridad necesaria como para detenerlo.
La noche es mágica y recuerdo. A pesar de estar solo, mantengo esa sonrisa pícara en la gente que quiero, la que verdaderamente me acompaña en mi memoria sincrónica.
Y sé que no es en vano, al pensar en ellos creo una energía intangible que me despacha una relación secreta entre mi subconsciente y sus sueños. Aunque no lo sepan, la gente que quiero está vigilada, protegida… es decir, conmigo. Este seguimiento no se paga con dinero. Cada gesto, cada idea compartida, cada risa, ya tonta, ya meditada, me atrapa y experimento una sensación de dependencia hacia ustedes ¿Cómo eternizar nuestro encuentro? ¿De qué manera se permite retener este buen sabor? Ustedes son en los que pienso cuando me hundo en mi soledad, porque así la extermino. Ella no puede conmigo porque tengo inmunidad diplomática bien avalada.
¿Se desvanece realmente todo aquello en lo que creemos? Si somos ceniza ¿por qué coño existimos? ¿Por qué sigo aquí rascándome la cabeza pensando en algo que escribir?
Verdaderamente les quiero. Sin ustedes no soy nada. Un gran beso infinito para todos.
Relatos de un colocado.
27/05/06
Comentarios
De todas formas, gracias por tus palabras.
Un beso infinito también desde aquí.